domingo, 21 de julio de 2019

CLASE PARA 11


ECONOMÍA Y ESTADO: LA ECONOMÍA CAPITALISTA.
El estado interviene en la economía, básicamente, porque el mercado no es capaz, por sí solo, de sostener el óptimo funcionamiento económico, ni de resolver los problemas causados por el mismo mercado.
Existen  cinco funciones primordiales que el gobierno puede llevar a cabo en una economía de mercado:
1.        proporciona un marco legal y social dentro del cual los participantes en el mercado compran y venden bienes y servicios producidos con los recursos escasos de la economía.
2.       el gobierno lucha por mantener la competencia en los mercados de bienes y servicios al tratar de asegurar que ningún vendedor domine el mercado de una forma inequitativa.
3.       el gobierno puede decidir jugar un papel en la redistribución del ingreso y la riqueza, ya sea a través del sistema fiscal (particularmente a través de impuestos sobre la renta o el ingreso), o bien, a través de diferentes tipos de subsidios gubernamentales y subvenciones para grupos de Interés especial.
4.      relacionada con el mercado, es la reasignación de recursos. De acuerdo con la teoría económica, la falta de buena asignación de recursos se presenta cuando un mercado tiene ciertas externalidades o efectos indirectos. Es decir, algunos de los beneficios o costos asociados con la producción o consumo de un producto en particular se acumulan con otras partes diferentes de los compradores o vendedores de un producto.
5.       la estabilización de la .economía agregada. La economía de mercado es propensa a los altibajos de la actividad económica. Los gobiernos pueden emplear políticas fiscales y monetarias para lidiar con los problemas de desempleo e inflación, lo que generalmente ocurre en diferentes etapas del ciclo.
ECONOMÍA CAPITALISTA
La economía capitalista o de mercado es aquella que basa su desarrollo en la libre empresa, la producción como medio o sistema para generar utilidades individuales o de negocio, la inversión privada que ve incentivado su esfuerzo en el ánimo de lucro, la libre competencia, y el juego de la oferta y la demanda que se encargaría de equilibrarse en el largo plazo. La economía capitalista cree que el capital y su rendimiento es suficiente incentivo para que crezca y se desarrollen las sociedades, al ser libres de encontrar y utilizar las oportunidades que se presentan.
ECONOMÍA DE MERCADO
Por economía de mercado se entiende la organización y asignación de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la oferta y la demanda en una situación de competencia imperfecta, lo que requiere una determinada participación del Estado para corregir y/ó mejorar los efectos negativos de externalidades y fallos del mercado y para garantizar un acceso general mínimo a ciertos bienes y servicios.
CARACTERÍSTICAS
El capitalismo es un orden social que resulta de la libertad económica en la disposición y usufructo de la propiedad privada sobre el capital como herramienta de producción.
En el capitalismo, los individuos y las empresas llevan a cabo la producción y el intercambio de bienes o de servicios en forma libre dentro de la división del trabajo, con el propósito necesario del beneficio monetario para la obtención de recursos en función de cualquier orden de fines dentro del marco de una cooperación mediatizada por el mercado.
Propiedad privada e iniciativa empresarial Quienes invierten, crean o adquieren capital permanecen como legítimos propietarios (capitalistas) durante el proceso de producción; la rentabilidad del capital invertido en un libre mercado de productos y servicios es el eje central de la vida económica. El capital y el trabajo son los elementos de producción y creación de riqueza. La titularidad de los medios de producción es privada, entendiéndose por esto su construcción sobre un régimen de bienes de capital industrial y de tenencia y uso de la tierra basado en la propiedad privada. Los medios de producción operan principalmente en función del beneficio y en la que los intereses directivos se racionalizan empresarialmente en función de la inversión de capital y hacia la consecuente competencia por los mercados de consumo y trabajo asalariado.
Contrato libre, ganancias y movilidad social El capitalismo se considera un sistema económico en el cual el dominio de la propiedad privada sobre los medios de producción desempeña un papel fundamental. Es importante comprender lo que se entiende por propiedad privada en el capitalismo ya que existen múltiples opiniones, a pesar de que este es uno de los principios básicos del capitalismo: otorga influencia económica a quienes detentan la propiedad de los medios de producción (o en este caso el capital), dando lugar a una relación voluntaria de funciones y de mando entre el empleador y el empleado.
Libre mercado, empresas y competencia El capitalismo se basa ideológicamente en una economía en la cual el mercado predomina, esto usualmente se da, aunque existen importantes excepciones además de las polémicas sobre qué debe ser denominado libre mercado o libre empresa. En éste se llevan a cabo las transacciones económicas entre personas, empresas y organizaciones que ofrecen productos y las que los demandan.
Crecimiento económico Teóricos y políticos han enfatizado la habilidad del capitalismo para promover el crecimiento económico, tal como se mide por el Producto Interno Bruto (PIB), utilización de la capacidad instalada o calidad de vida. Este argumento fue central, por ejemplo, en la propuesta de Adam Smith de dejar que el libre mercado controle los niveles de producción y de precio, y distribuya los recursos.
Organizaciones por interés individual Cada uno de los actores del mercado actúa según su propio interés; por ejemplo, el empleador, quien posee los recursos y el capital, busca la maximización del beneficio propio por medio de la acumulación y producción de los recursos; los empleados, quienes venden su trabajo (el salario) a su empleador; y, por último, los consumidores, quienes buscan obtener la mayor satisfacción o utilidad adquiriendo lo que quieren y necesitan en función a la calidad del producto o la cantidad de su precio.
Liberalismo y rol del Estado La doctrina política que históricamente ha encabezado la defensa e implantación de este sistema económico y político ha sido el liberalismo económico y clásico del cual se considera sus padres fundadores a John Locke, Juan de Mariana y Adam Smith.
ELEMENTOS DE LA ECONOMÍA CAPITALISTA
El sistema capitalista puede caracterizarse por tres series de elementos: jurídicos, técnicos, psicológicos.
1. Elementos jurídicos Desde este punto de vista el sistema capitalista reposa en el principio de la apropiación privada de los medios de producción. Estos medios son detentados por hombres que, por lo general, solo dirigen las empresas y que no realizan las tareas de ejecución reservadas a subordinados asalariados. Hay una separación entre la propiedad de los medios de producción y el trabajo de ejecución. Esto implica que el valor del producto de la empresa no le corresponde en su totalidad al productor, ya que tiene que repartirse entre los diferentes colaboradores en la obra de producción., como precio de sus servicios, en forma de salario para los obreros, de interés para los prestamistas, de ganancia para el empresario. Todas las rentas se determinan por el nivel de los precios obtenidos por los productos en el mercado.
2. Elementos técnicos En este aspecto la economía capitalista se caracteriza por métodos de producción muy perfeccionados y muy progresistas. Los bienes de capital sirven para dotar de una mayor eficacia al trabajo humano (máquinas, herramientas y también el dinero que permite adquirirlos). Esto implica una sustitución de la herramienta accionada por la mano del hombre, por la máquina movida por una fuerza exterior, y una división del trabajo muy extendida. En el sistema capitalista aparecen las sociedades colectivas y sociedad anónima por acciones. Esta última es la más importante en la economía moderna, ya que conduce a una verdadera separación entre la propiedad y la gestión.
3. Elementos psicológicos El objetivo principal que dirige a la economía capitalista es la búsqueda de ganancia. La intención del productor es lograr la mayor ganancia monetaria posible, por lo cual solo se satisfacen las necesidades "solventes", es decir, aquellas por las que se puede pagar, teniendo en cuenta que se las satisface no en su orden de urgencia, sino en su orden de rentabilidad. Los productores presentan sus productos en el mercado donde los consumidores expresan sus deseos. De esta confrontación de las ofertas y de las demandas resulta un cierto precio y en ese precio el que ejerce una función económica esencial, el cual por sus variaciones orienta la producción.
CONCLUSIÓN
La economía capitalista o de mercado es aquella que basa su desarrollo en la libre empresa, la producción como medio o sistema para generar utilidades individuales o de negocio, la inversión privada que ve incentivado su esfuerzo en el ánimo de lucro, la libre competencia, y el juego de la oferta y la demanda que se encargaría de equilibrarse en el largo plazo.
La economía de mercado se entiende la organización y asignación de la producción y el consumo de bienes y servicios que surge del juego entre la oferta y la demanda en una situación de competencia, que requiere participación del Estado.
La economía guarda estrecha relación con otras ciencias, tales como; Derecho, Psicología, Matemáticas, Estadísticas, Política, Sociología, Ética, Historia y Tecnología.
El sistema capitalista puede caracterizarse por tres series de elementos: jurídicos, técnicos, psicológicos.
Existen diferentes tipos de economía, de las cuáles podemos citar las siguientes; Economía de libre mercado, Economía mixta o social en el mercado, Economía socialista, y Economía planificada.

CLASE DE 10 CIENCIAS POLITICAS


CONCEPTOS BÁSICOS DE ECONOMÍA:
1.        Economía: Es una ciencia social que se encarga de estudiar los procesos de producción, intercambio, distribución y consumo de bienes y servicios. Otra definición que se le  otorga es una ciencia que analiza el comportamiento humano como una relación entre fines dados y medios escasos que tienen usos alternativos.
2.       Macroeconomía: Estudia de forma global la economía en términos del monto total de bienes y servicios producidos, el total de ingresos, nivel de empleo, recursos productivos y comportamiento general de los precios. También puede ser utilizada con el objetivo de analizar cual resulta ser la mejor manera de influir en aspectos políticos como ayudar en el crecimiento de la economía, la estabilidad de precios, trabajo y obtener una sustentable balanza de pagos.
La macroeconomía busca ver una imagen que muestre el funcionamiento de la economía en su conjunto. Intentando de esta manera tener una visión simplificada del funcionamiento de la economía, pero que a su vez permita conocer y actuar sobre el nivel de la actividad económica de un país o conjunto de países.
También resulta indispensable su análisis para el desempeño de las empresas y para la toma de decisiones por parte de los individuos.
3.       Microeconomía: Es una parte de la Economía que se encarga de estudiar cómo se comportan los agentes individuales; lo cual quiere decir que, estudia los fenómenos económicos de cada agente pero de forma desagregada (consumidor, empresa, etc.), teniendo en cuenta las decisiones que toma cada uno para cumplir ciertos objetivos propios. La microeconomía tiene muchas ramas de desarrollo, entre las que se pueden encontrar: la teoría del consumidor, la de la demanda, la del productor, la del equilibrio general y la de los mercados de activos financieros.
4.      Economía Mixta: Es aquella en la que algunos medios de producción son de propiedad privada y otros de propiedad pública. En este tipo de economía, la asignación de recursos y el nivel de actividad es decidido por los individuos, las empresas, las cooperativas, las corporaciones públicas y las autoridades que reaccionan, crean o controlan las oportunidades de mercado. Está compuesta por tres sectores fundamentales: El sector público, el sector social y el sector privado, nacional y extranjero.
Se caracteriza por la presencia con la que cuenta el mercado y el Estado en el desenvolvimiento económico. En la actualidad es la forma como se organizan y funcionan la mayoría de los países del mundo.
5.       Economía de Mercado: Es la forma como se organizan y asignan la producción y el consumo de bienes y servicios la cual surge de un juego entre la oferta y la demanda. En una economía de este tipo, los productores y los consumidores coordinan sus planes interactuando en el mercado.

Se supone que los dos tipos de agentes económicos asumen el precio de los bienes como un dato dado, y a partir de este, se toman decisiones de producción y consumo, buscando maximizar la ganancia en el caso de los oferentes y maximizando la función de utilidad en el caso de los consumidores.

La participación de estos, ofreciendo y demandando cantidades de bienes y servicios, altera a su vez las condiciones de mercado, afectando la evolución de los precios.
6.      Mercado: Corresponde al conjunto de transacciones que se llevan cabo entre los compradores y vendedores de un bien o servicio; es importante aclarar que, es el punto de encuentro entre los agentes económicos que actúan como oferentes y demandantes de bienes y servicios. No es obligación que el mercado cuente con una localización geográfica determinada; para que exista es suficiente con que existan oferentes y demandantes que puedan ponerse en contacto, a pesar de que estén en lugares físicos distantes. Por esta razón, el mercado se define como una relación entre las fuerzas de la oferta y la demanda, constituyéndose así en un mecanismo básico de asignación de recursos de las economías capitalistas.
7.       Oferta: Corresponde a la cantidad máxima de bienes o servicios que un productor está dispuesto a vender en el mercado a un precio determinado. Entre mayor sea el precio del mercado, mayor será la cantidad ofrecida de bienes y servicios.
8.      Demanda: Hace referencia a la cantidad máxima de un bien o servicio que un individuo o grupo de personas está dispuesto a adquirir a un determinado precio. Esta a su vez refleja la voluntad y la capacidad económica de adquirir un determinado bien por parte de todas las personas que manifiesten una necesidad capaz de ser satisfecha por el consumo del bien referido.
9.      Inflación: Se refiere al aumento generalizado del nivel de precios en una economía, esta implica una pérdida en el poder de compra del dinero, lo cual quiere decir que, las personas cada vez podrían comprar menos con sus ingresos, puesto que en periodos de inflación, los precios de los bienes y servicios crecen a una tasa superior a la de los salarios.
10.    Escasez: Esta surge como producto de la interrelación que hay entre las necesidades humanas y los recursos disponibles para satisfacerlas. En el caso en que las necesidades del ser humano por consumir bienes y servicios excedan la cantidad que la economía puede producir con los recursos disponibles, quedarán siempre algunas necesidades insatisfechas.
La situación de escasez se genera, debido a que es posible considerar a las necesidades humanas como infinitas, pero en cambio los recursos existentes para satisfacerlas son limitados.


CLASE 10 CIENCIAS POLÍTICAS


MODOS DE PRODUCCION
De acuerdo con Marx la combinación de fuerzas y relaciones de producción significa que el modo en que las personas se relacionan con el mundo físico y en que se relacionan socialmente entre ellas está relacionado de manera necesaria y específica. La gente debe consumir para sobrevivir y para consumir deben producir, y eso les lleva a relacionarse de algún modo que existe independientemente de su voluntad.
En la producción social de su existencia, los hombres entran en relaciones determinadas, necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción que corresponden a un grado determinado de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones constituye la estructura económica de la sociedad, es decir, la base real sobre la cual se alza una superestructura jurídica y política y a la cual corresponden formas determinadas de la conciencia social. En general, el modo de producción de la vida material condiciona el proceso social, político y espiritual de la vida. No es la conciencia de los hombres lo que determina su ser, sino al contrario, su ser social es el que determina su conciencia.
Para Marx el misterio de cómo y por qué existe un determinado orden social y sus cambios debe buscarse en el modo específico de producción que domina esa sociedad. Sostiene también que el modo de producción da forma al modo en que se produce la distribución, la circulación y el consumo, todo lo que constituye la esfera económica. Para entender el modo en que la riqueza es distribuida y consumida es necesario saber cómo se produce.
Un modo de producción es para Marx históricamente distinguible porque constituye una totalidad orgánica, un todo que se autor reproduce durante siglos o milenios más o menos en las mismas condiciones iniciales. Realizando una determinada forma de plustrabajo social en un determinado sistema de relaciones de propiedad las clases trabajadoras reproducen constantemente los fundamentos del orden social.
Las nuevas fuerzas productivas pueden entrar en conflicto con el modo de producción existente, al llegar a una determinada fase de desarrollo, las fuerzas productivas materiales de la sociedad entran en contradicción con las relaciones de producción existentes, o, lo que no es más que la expresión jurídica de esto, con las relaciones de propiedad dentro de las cuales se han desenvuelto hasta allí. De formas de desarrollo de las fuerzas productivas, estas relaciones se convierten en trabas suyas. Y se abre así una época de revolución social. Al cambiar la base económica, se revoluciona, más o menos rápidamente, toda la inmensa superestructura erigida sobre ella.
La estructura de la sociedad, de acuerdo a esto, no depende de los deseos ni de las intenciones de los hombres, ni de las ideas ni de las teorías, ni de las formas del Estado ni del Derecho. El carácter y la estructura de toda sociedad se hallan determinados por el modo de producción imperante. Al cambiar este modo de producción, cambia también todo el régimen social, cambian las ideas políticas, jurídicas, religiosas, artísticas, filosóficas y cambian las instituciones correspondientes. El cambio de modo de producción constituye una revolución.
El modo capitalista de producción, basado en la propiedad privada sobre los medios de producción, determina la división de la sociedad esencialmente en dos clases antagónicas, el proletariado y la burguesía, en la que esta detenta la propiedad sobre los medios de producción y el control de las relaciones sociales. Todas éstas, incluyendo las concepciones políticas, jurídicas, religiosas o artísticas, así como las instituciones sociales, políticas, jurídicas y de otro tipo, se hallan condicionadas, para el marxismo, por el modo de producción capitalista.




LOS DISTINTOS MODOS DE PRODUCCIÓN EN LA TEORÍA MARXISTA.
Por comunismo primitivo, comunidad primitiva, o modo de producción primitivo, se entiende, en la teoría marxista, como una etapa del desarrollo de las formaciones económico-sociales, caracterizadas por el bajo nivel de desarrollo de las fuerzas productivas, la propiedad en común de los medios de producción (la tierra y las herramientas rudimentarias) y la distribución igualitaria que Marx definió como estadios de la evolución de la historia económica. La comunidad primitiva data de 7000-2000 a. C.

Características
En el primitivo, los seres humanos estaban organizados en grupos, dedicados a la caza, pesca y recolección. La actividad productiva humana se basaba en la cooperación simple. Para Karl Marx este tipo de asociación cooperativa era una necesidad inevitable, debido al desamparo en que se encontraba el individuo aislado en la naturaleza. Como consecuencia de su modo de vida, el humano primitivo no concebía la posibilidad de la propiedad privada de la tierra y de los demás medios de producción; pero lo que sí concebía era lo que Marx describió en sus Manuscritos Económico-filosóficos de 1844 como "propiedad privada general" que en el ejemplo de la comunidad de mujeres era una especie de propiedad sexual de la comunidad hacia el cuerpo de la mujer. Con el capitalismo esta se transforma en la "propiedad privada exclusiva" que en este caso se denominó "matrimonio". Tan solo algunos instrumentos y bienes les pertenecían en propiedad personal.

En el comunismo primitivo la producción estaba directamente definida por las necesidades colectivas, y entre el acto sustancial de la creación y lo creado no había ninguna mediación social y, por tanto, ninguna ruptura epistemológica.

Esta forma de vida corresponde al periodo que los pre-historiadores han denominado Paleolítico, y no fue sino con el desarrollo de la agricultura y la ganadería, realizado durante el Neolítico que permitió una primera especialización y división social del trabajo, como describe el historiador Vere Gordon Childe con sus conceptos de Revolución neolítica (en la que las aldeas campesinas aún conservaban buena parte del igualitarismo social) y la posterior Revolución urbana (cuando ya aparecen claramente las clases sociales y el poder político y religioso).

El desarrollo primitivo de las fuerzas productivas no creaba excedente alguno después de cubrir las necesidades más perentorias, por lo tanto, era imposible la acumulación de bienes. Como el desarrollo de las fuerzas productivas era insuficiente para que el trabajo excedentario de unas personas liberara a otras personas de la necesidad de trabajar, también era imposible la explotación.

Al ser una sociedad basada en el auto abastecimiento, todas sus relaciones sociales eran comunitarias, y al no ser una sociedad dividida en clases sociales no era necesario ninguna clase de Estado para su regulación.

Este modo de producción fue sustituido, dependiendo del lugar o la época, bien por el modo de producción esclavista o bien por el modo de producción feudal, ya fuera por desarrollo propio o como resultado de la conquista.

La división del trabajo se hacía de acuerdo a la edad y al sexo, lo cual significa que los niños y las mujeres realizaban trabajos que su estado físico les permitiera.
La teoría del matriarcado (hoy muy puesta en cuestión y matizada por la antropología moderna) consideraba que en este tipo de sociedad la autoridad del grupo la representaban las mujeres. Lo mismo ocurría con la práctica de la poliandria (múltiples compañeros sexuales para cada mujer). Actualmente se acepta la idea general de que eran comunes las sociedades matrilineales, actualmente presente en culturas como la de los iroqueses. La antropología nunca ha considerado que haya existido una sociedad matriarcal.
Las herramientas de trabajo eran muy rudimentarias, pues estaban hechas de piedra, madera o hueso.
Los tipos de familia que se identificaron son las siguientes:
• Con-sanguínea: Los grupos conyugales se separan por generaciones. Todos los miembros de una misma generación pueden copular entre sí, estando prohibido hacerlo con un miembro de la generación anterior (padres, tíos) o posterior (hijos, sobrinos). • Punalúa: Aparece la prohibición de encuentros sexuales dentro de la misma generación, primero entre hermanos uterinos y luego se extiende a más grados (primos, primos segundos, etc). formándose grupos de hermanas o primas que copulan con un grupo de hermanos o primos...

Al concepto de despotismo oriental ya había sido expuesto por Karl Marx en su cuaderno Formaciones económicas pre-capitalistas (1858), "resultado de 15 años de investigaciones", en el cual establece las formas históricas diversas mediante las cuales, la propiedad comunal original humana, en la cual no hay propiedad privada de la tierra, pasó hasta la propiedad privada del suelo y finalmente hasta la separación entre el productor y la tierra, distinguiendo de la forma antigua romana y de la germánica, una forma asiática original.
Para el autor la comunidad misma representa la primera gran fuerza productiva. Las condiciones objetivas impusieron la unidad de las comunidades para empresas comunes como las canalizaciones de agua, las vías de comunicación e intercambio o la guerra para asegurar un territorio para la subsistencia. Esta unidad en la medida que se perpetuó y se hizo indispensable, apareció distinta y por encima de las muchas comunidades, convirtiéndose como tal en el verdadero propietario de todo. La unidad suprema terminó encarnada en el déspota (FaraónEmperadorZarIncaReytlatoani), gran padre de numerosas comunidades, al que se liga de una u otra manera a la divinidad. Entonces la unidad suprema sistematiza la apropiación del plusproducto, que toma la forma de tributo o de trabajos colectivos para el déspota y la élite.
Este sistema llegó a su "penetración" y expansión instaurado por centros soberanos tras sucesivas guerras y conquistas, tanto en Asia, como en el antiguo EgiptoMéxico o Perú. John V. Murra (1955) estudió la organización económica del estado Inca, como un caso desarrollado y eficiente de despotismo comunal, anotando no solamente la relación con las formas asiáticas, sino con las economías y estructuras de poder africanas ashantiruandadahomey o yoruba y aun con las hawaianas. Destaca por ejemplo el descubrimiento del parecido entre la dopkwe dahomeiana y la mita incaica (aprovechada luego por los conquistadores españoles).
Maurice Godelier (1966), Jean Chesneaux (1969) y Roger Bartra, se han encargado de sistematizar los estudios de caso y la teoría al respecto, dentro del concepto de modo de producción asiático, que para universalizar algunos han llamado despotismo comunal. Hermes Tovar (1974) a partir del estudio de la sociedad Muisca desarrolló para determinadas formaciones sociales indígenas americanas el concepto de modo de producción precolombino.
Sistematizadamente, este sistema económico, contemporáneo del esclavismo europeo, consistía en que un pueblo tenía que entregar un pago o tributo a su soberano o a un pueblo conquistador, tributo que era comúnmente bienes agrícolas, y en algunos casos menos comunes, materiales de construcción.
El trabajo y la responsabilidad eran colectivos. El laboreo se hacía en tierras comunales, ya que la comunidad como un todo era la que entregaba el tributo.

El modo de producción esclavista fue el componente esencial de la formación económico social de la civilización greco-romana y lo que le proporcionó la base tanto de su éxito como de su crisis. La historiografía materialista insiste en la originalidad de ese hecho y su trascendencia (Perry Anderson).
La esclavitud ya había existido en formas diferentes en las civilizaciones del antiguo Oriente, pero siempre había sido una condición jurídicamente impura, que con frecuencia tomaba la forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado, entre otros tipos mixtos de servidumbre, y formando sólo una categoría muy reducida en un continuo de dependencia y falta de libertad que llegaba hasta muy arriba en la escala social. La esclavitud nunca fue el tipo predominante de extracción de excedente, sino un fenómeno que existía al margen de la principal mano de obra rural. Los imperios fluviales (MesopotamiaEgipto), basados en una agricultura intensiva y de regadío que contrasta con el cultivo de secano de la civilización mediterránea grecorromana, no fueron economías esclavistas, y sus sistemas legales carecían de una concepción estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles.
Las grandes épocas clásicas: Grecia en los siglos V y IV a. C. y Roma desde el II a. C. hasta el II d. C. fueron aquellas en las que la esclavitud fue masiva y general entre los otros sistemas de trabajo. La decadencia de la esclavitud, en el Helenismo o en la Roma de la crisis del siglo III, significó la decadencia de ambas culturas urbanas. El predominio de la ciudad sobre el campo se invierte cuando el modo de producción esclavista es sustituido por el modo de producción feudal.

Grecia

Las polis griegas fueron las primeras en hacer de la esclavitud algo absoluto en su forma y sobre todo dominante en su extensión, convirtiéndola en un sistemático modo de producción. Eso no quiere decir que el mundo griego clásico se basara de forma exclusiva en la utilización del trabajo de esclavos: los campesinos libres, arrendatarios y artesanos urbanos siempre coexistieron con los esclavos; pero el modo de producción dominante, que rigió la articulación de cada economía local y definió la civilización griega fue el esclavista.
Las estimaciones numéricas son poco fiables y varían enormemente. En la Atenas de Pericles la proporción esclavos/ciudadanos libres era quizá de 3 a 2. En otras polis (QuíosEginaCorinto) probablemente más. Aristóteles daba por supuesto la necesidad de esclavos en abundancia y Jenofonte proponía como proporción ideal 3 a 1. Lo verdaderamente importante es que por primera vez los esclavos fueron utilizados de forma habitual en la artesanía, la industria y la agricultura en escala superior a la utilización doméstica, propia de una concepción menos utilitaria y más de ostentación.
Al tiempo que la esclavitud se hacía general, la naturaleza de la esclavitud se hacía absoluta: ya no consistía en una forma relativa de servidumbre entre otras muchas, a lo largo de un continuo gradual, sino en una condición extrema de pérdida completa de libertad, que se yuxtaponía a una libertad nueva y sin trabas. La libertad y la esclavitud helénicas eran indivisibles: cada una de ellas era la condición estructural de la otra, en un sistema diádico que no tuvo precedente ni equivalente en las jerarquías sociales de los imperios del Oriente Próximo, que no conocieron ni la noción de ciudadanía libre ni la de propiedad.

Roma

Las guerras interiores y exteriores a partir de finales del siglo III a. C. (guerras púnicasguerra social y guerra civil) pusieron bajo el control de la oligarquía senatorial grandes territorios, de forma especial en el sur de Italia. Al mismo tiempo acentuaron dramáticamente la decadencia del campesinado romano, que en otros tiempos había constituido la sólida base de pequeños propietarios de la pirámide social de la ciudad. La movilización sin fin agotó a los assidui, llamados año tras año a la legión. Los que no morían eran incapaces de conservar sus tierras, absorbidas por la nobleza ecuestre y senatorial. Del año 200 al 167 a. C., el 10 % o más de todos los hombres libres y adultos de Roma estuvieron alistados permanentemente en el ejército. Este gigantesco esfuerzo militar sólo era posible porque la economía civil en la que se apoyaba podía funcionar hasta ese punto gracias al trabajo de los esclavos, que liberaba las correspondientes reservas de mano de obra para los ejércitos de la República. A su vez las guerras victoriosas proporcionaban más cautivos-esclavos para enviar a las ciudades y las fincas de Italia.
El resultado final fue la aparición de unas propiedades agrarias, los latifundios cultivadas por esclavos, de un tamaño hasta entonces desconocido. Los mayores podían alanzar más de 80 000 hectáreas. Incluso siendo dispersos, sus fincas individualizadas solían superar los 500 iugera (120 hectáreas) y no eran raros tamaños diez veces superiores. Aumentó la combinación del cultivo de vid y olivo con el de los cereales, y la superficie dedicada a la ganadería. La comercialización estaba asegurada por las vías terrestres (calzada romana) y las rutas marítimas de un Mediterráneo pacificado que llevaban la producción a las ciudades, la mayor la propia Roma. A larga distancia las grandes metrópolis de Oriente proporcionaban un comercio de lujo.
A finales de la República quizá el 90 % de los artesanos de Roma eran de origen esclavo. Se calcula que en el 225 a. C. habría en Italia 4 400 000 personas libres frente a 600 000 esclavos. En el año 43 a. C. la población libre no habría crecido, mientras que los esclavos serían 3 000 000 (cinco veces más que en la fecha anterior).

La crisis del modo de producción esclavista

La pax romana de Augusto y el Imperio no podía significar el fin del expansionismo militar, pues si se acababa el mecanismo antes descrito (conquistas que proporcionen esclavos, que sustituyan a campesinos libres para que puedan convertirse en ciudadanos con obligaciones militares que vayan a conquistar más esclavos) el sistema entero caería. El siglo II, en que los emperadores de la dinastía Antonina combaten eficazmente en una frontera cada vez mejor definida, ve la última conquista de una provincia: la Dacia en tiempo de Trajano. La crisis del siglo III, con su correlato de invasiones, anarquía militar y crisis ideológica que conlleva la expansión y posterior triunfo del cristianismo es en lo económico la crisis del modo de producción esclavista. Los latifundios empiezan a ser cultivados por colonos semilibres, y los esclavos escasean. No se reproducen fácilmente, no se adquieren por conquista (los bárbaros están pasando a ser la fuerza principal del ejército romano), e incluso son liberados, a veces por motivos piadosos, lo que no oculta el interés que los propietarios tienen de convertirse en algo parecido a lo que serán los señores feudales. Las reformas de Diocleciano salvan el Imperio un siglo más, pero empujan el sistema en un sentido definitivamente feudal (los cargos públicos y oficios deben heredarse, la presión fiscal hace opresiva la vida urbana). La ciudad decae, al igual que la ciudadanía romana se extiende y deja de ser atractiva (Caracalla la había concedido a todos los hombres libres). Ciudadanía y libertad son conceptos que se han devaluado definitivamente. Cuando ser libre ya no signifique nada, nada significará ser esclavo. Son otras relaciones de producción.
Existe un intenso debate entre historiadores respecto a la cronología, las causas y las formas en que se produjo la transición entre el modo de producción esclavista y el modo de producción feudal, o transición entre esclavismo y feudalismo. La posición más clásica del materialismo histórico, empezando por la del propio Karl Marx, es situarlo en fechas tempranas, en la época de las invasiones bárbaras del siglo V; la historiografía materialista de mediados del siglo XX, como Perry Anderson, realiza una inclusión más sofisticada en un proceso de transición secular identificable con toda la Antigüedad tardía en Europa Occidental (desde la crisis del siglo III hasta el periodo postcarolingio –siglo IX–)2 y por otro lado autores vinculados a la francesa Escuela de Annales como Georges Duby o Pierre Bonnassie, apoyados en una ingente documentación, demuestran pervivencias fundamentales del esclavismo en la Alta Edad Media, hasta el siglo XI, en medio de la llamada revolución feudal. Según este último autor el auge del esclavismo se daría en el siglo VII.3
Las denominadas invasiones bárbaras, la caída del Imperio romano y el pintor debilitamiento del Imperio carolingio frenaron la actividad económica hasta los comienzos del año 1000. Es en este momento todo se derrumbó cuando se extienden las modernas técnicas agrícolas que, aún existiendo anteriormente, habían quedado reducidas a escasos espacios territoriales. Este proceso fue extraordinariamente lento, pero se intensificó a partir del siglo XII con la mejora de las comunicaciones y los intercambios.
Entre los avances cabe destacar el aumento en el uso de los molinos de agua como fuerza motriz que, por una parte, se extiende desde la Europa nórdica hacia centro-Europa, y por otra, las aportaciones de los musulmanes en España desde el sur de la Península Ibérica hasta Francia, las acequias para riego, aumentando la productividad de los cultivos y liberando mano de obra que podía especializarse. Además, mejoran los métodos de anclaje de los animales, especialmente el caballo y el buey, introduciendo la collera rígida y el yugo sobre los cuernos. La cría del ganado de tiro aumenta de manera notable y permitirá desplazamientos y logística. También se cría el caballo de combate, que cambiará las prácticas de la guerra en detrimento de la infantería tradicional. Los instrumentos de uso agrícola, como el Arado o la azada, generalmente de madera, son sustituidos por otros de hierro. Esto es especialmente útil en el centro y norte de Europa, entre el Loira y el Rin, donde la tierra turba y muy húmeda era difícil de trabajar. Ahora el arado penetra más, airea la tierra con mayor facilidad y permite la obtención de cosechas en espacios antes baldíos.
Además, desde el norte de la actual Francia y el sur de Alemania se extiende un sistema de barbecho distinto que posibilita la rotación de suelos cada dos de tres años mediante la quema de rastrojos, en vez de uno de cada dos, y se abandona la práctica del cultivo itinerante. Al mismo tiempo, las canalizaciones de agua facilitan el riego en zonas como la Lombardía.
El aumento de la producción, como consecuencia de las innovaciones, supone una reducción de las prestaciones personales de los siervos a sus señores en cuanto a horas de trabajo, sustituyéndose por el pago de una cuantía económica o en especie. Se reducen las tierras del señor y se extienden los arrendamientos. Al mismo tiempo los campesinos, disponiendo de más tiempo para procurarse sus ingresos, incrementan sus rentas y ganan independencia. En algunos lugares, solo son convocados a trabajar para el señor en los periodos de laboreo con gran necesidad de mano de obra, como la siega.
El señor pasa de obtener trabajo gratuito, a recibir retribuciones en especie, que él muchas veces elige, y plata u oro; lo cual provoca una mayor acuñación de moneda y el fluir del comercio. Aparecen las primeras grandes fortunas y los señores hacen ostentación de sus bienes, muchos de ellos traídos de Oriente (entre otras, a través de la "ruta de la seda"). El Alto Clero comienza a disponer —a partir del siglo XI— de recursos con los que edifica las iglesias, catedrales y palacios episcopales.
Aumenta el número de tierras roturadas y comienza el periodo de eliminación de los bosques europeos, drenaje de las tierras empantanadas, extensión de los terrenos arados lejos de las aldeas y la construcción dispersa de casas campesinas. Aunque no sea rápidamente, el tiempo va cambiando el paisaje y las costumbres. Las tierras de pastos en las laderas más difíciles de arar y los terrenos de labranza en el resto se hacen comunes en muchas zonas. Es el tiempo en el que se extiende el cultivo de la vid, poco exigente con las tierras que han sido ganadas al bosque. Las mejores zonas atraen a una mayor masa de población y se producen migraciones en todo el centro de Europa. El crecimiento de la población es notable a partir de 1050, llegándose a duplicar la población de Inglaterra en 150 años, triplicándose hacia el final de la Edad Media. En el siglo XI la hambruna ha desaparecido. Este incremento se realiza a costa de una mayor tasa de natalidad, si bien la de mortalidad se mantendrá más estable.
El crecimiento de las tierras labradas es obra en su mayor parte de los campesinos y no tanto de los señores. Conforme estos se habitúan a recibir las retribuciones en moneda o especie, van abandonando el deseo de acrecentar los latifundios en beneficio de cederlos en arriendo. El señor controla muchas veces la venta de materiales y aperos de labranza a sus campesinos, lo que le garantiza un control importante sobre los siervos. Los campesinos exigirán, y obtendrán muchas veces, la fijación de una retribución no arbitraria al señor, que consistirá en una aportación fija y otras variables en función de los resultados de las cosechas del año.1
A partir del siglo X los excedentes facilitan el comercio más allá de las fronteras del señorío. Las actividades comerciales permiten que surja una incipiente burguesía, los mercaderes, que en su origen eran campesinos que aprovechaban los tiempos en los que no era necesario el trabajo de la tierra para comerciar, y que deban realizar su trabajo pagando igualmente una parte de sus beneficios en forma de tributos a los Señores. El lujo al que aspiran los Señores con el incremento de las rentas favorece la aparición cada vez más frecuente de artesanos. Las rutas de peregrinación son los nuevos caminos por donde se abre el comercio. RomaJerusalén o Santiago de Compostela son los destinos, pero las comunidades situadas en sus vías de acceso florecen ofreciendo hospedaje, comida y ropa.2

El capitalista es el que organiza la producción, que en su aspecto técnico está determinada por un nivel de desarrollo económico propio de la época industrial, en que el capital ha adquirido el predominio sobre la tierra, que era la fuerza productiva dominante en los modos de producción anteriores (esclavismo y feudalismo). La clave de la concepción marxista del capitalismo está en los conceptos de alienación (el hecho de que el proceso y el producto del trabajo devienen ajenos al trabajador); y de plusvalía, o sea, el valor incorporado por el trabajador asalariado al producto que excede en el valor que representa el salario (teoría del valor-trabajo). En esa diferencia de valor estriba para Marx el beneficio del capitalista, puesto que es éste el que realiza el valor de lo producido mediante la venta en el mercado, que genera un precio que ha de ser superior al costo de producción si es que la actividad económica ha sido exitosa.

Características

El modo de producción capitalista se caracteriza por la propiedad privada de los medios de producción, la extracción de la plusvalía creada en la producción por una clase de propietarios privados (referido como la explotación), trabajo asalariado, y la distribución tanto de bienes de capital y de consumo bienes en una economía principalmente basada en el mercado (referida como la producción de mercancías).
Un "modo de producción" (en alemán: Produktionsweise) significa simplemente "la forma distintiva de la producción", que podría definirse en términos de la forma en que está socialmente organizado y qué tipo de tecnologías y herramientas se utilizan. En el marco del modo de producción capitalista
·         tanto las entradas y salidas de la producción son principalmente de propiedad privada, los bienes y servicios adquiridos en el mercado un precio.
·         la producción se lleva a cabo para el intercambio y la circulación en el mercado, con el objetivo de obtener un ingreso neto se benefician de ella.
·         los dueños de los medios de producción (capitalistas) son la clase dominante (burguesía) que obtienen sus ingresos a partir del producto excedente producido por los trabajadores y se han apropiado libremente por los capitalistas.
·         Una característica definitoria del capitalismo es la dependencia en el trabajo asalariado para un gran segmento de la población; específicamente, la clase obrera (proletariado) no son propietarios de capital y tiene que vivir con la venta de su fuerza de trabajo a cambio de un salario.

La situación del trabajador

La apariencia libre del contrato entre capitalista y trabajador (que según la teoría liberal habría de ser individual y sin interferencias de negociación colectiva de sindicatos o legislación protectora del Estado) apenas enmascara la presión a la que está sometido éste por la existencia de un ejército industrial de reserva, que es como Marx denomina a los desempleados que están dispuestos a sustituirle. No es original de Marx, sino de Ricardo y otros pensadores liberales (Ferdinand Lassalle), la idea de que el funcionamiento libre del mercado somete a los salarios a una ley de bronce que impide que asciendan más allá del límite de la subsistencia. Los proletarios deben de cuidar ellos mismos de la reproducción de la fuerza de trabajo o si no mueren con sus discípulos.

Las crisis capitalistas

La crítica marxista al capitalismo sostiene que este modo de producción contiene contradicciones inherentes que provocan las crisis cíclicas. Karl Marx, en su obra El Capital, fundamenta esta opinión aduciendo que cada vez es más difícil para el capitalista valorizar su capital. Las relaciones de competencia a las que está sujeto el capitalista, obligan a éste a implementar de manera constante y creciente una nueva y mejor maquinaria para incrementar la productividad del trabajo y, de esta forma, vender sus mercancías a precio más bajo que sus competidores directos. De este modo, disminuye el componente "trabajo vivo" (la contratación de trabajadores) dando lugar a lo que Marx denomina "ejercito industrial de reserva" es decir, una considerable parte de la clase obrera que queda a la espera de un trabajo. Esta espera forzosa que impone el capitalismo a la clase obrera, hace que este "ejercito industrial de reserva" se convierta, por un lado, en una importante masa de pobres e indigentes, y, por otro lado, en causa de la imposibilidad de que el salario ascienda rápidamente (debido al excedente de oferta de fuerza de trabajo).