DISTRIBUCIÓN, DESIGUAL DE LA RIQUEZA Y EL NIVEL DE BIENESTAR EN
LATINOAMÉRICA.
“La desigualdad es una característica histórica y estructural de las
sociedades de América Latina y el Caribe, que se manifiesta a través de
múltiples circuitos viciosos. Avanzar hacia su reducción significativa es uno
de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, suscrita por
todos los países de la región en 2015. Esta agenda aboga por que nadie se quede
atrás”, expresó Alicia Bárcena. (Secretaria Ejecutiva de la CEPAL, durante la
presentación del Panorama Social de América Latina 2016.)
El coeficiente de Gini para los ingresos personales en 2015 mostró un
valor promedio de 0,469 para 17 países de América Latina (0 representa ausencia
de desigualdad y 1 desigualdad máxima), un nivel considerado alto. Si bien el
índice disminuyó 1,2% anual en promedio entre 2008 y 2012, el ritmo de descenso
bajó a la mitad entre 2012 y 2015 (0,6% anual).
Estos avances fueron impulsados por una mejoría relativa de los
ingresos laborales de los sectores de menores ingresos, gracias a políticas
activas como la formalización del empleo y el aumento real de los salarios
mínimos en varios países, explica la CEPAL. También fue notable el incremento
de las transferencias monetarias hacia los estratos de menores ingresos.
Pese a lo anterior, a través de un análisis complementario de la
distribución funcional del ingreso en la región, se observa que las mejoras
distributivas recientes no estuvieron necesariamente asociadas a un reparto más
equitativo del capital y el trabajo.
Esta edición del Panorama Social también llama la atención sobre la
estructura de la propiedad (de activos físicos y financieros) como un factor
fundamental de la reproducción de la desigualdad en la región. Por medio de un
estudio de caso, se constata que la distribución de la riqueza es aún más
desigual que aquella medida solo por los ingresos corrientes de las personas.
Por ello la CEPAL insiste en la necesidad de impulsar un cambio
estructural progresivo en América Latina y el Caribe, que genere empleos de
calidad -con derechos y protección social-, mayores niveles de productividad y
mejores retribuciones del factor trabajo.
El informe advierte asimismo que las mujeres siguen
sobrerrepresentadas en los quintiles de menores ingresos y que su tiempo total
de trabajo (que equivale a la suma de las horas dedicadas al trabajo doméstico
y de cuidados no remunerado con aquellas dedicadas al trabajo remunerado) es
superior al de los hombres, lo cual limita su autonomía económica.
Las mujeres destinan hasta un tercio de su tiempo al trabajo doméstico
y de cuidados no remunerado, mientras que los hombres solo un 10%. Más aún, el
valor económico del trabajo no remunerado que se realiza en los hogares, y que
no se contabiliza en el PIB, equivale aproximadamente a un quinto del mismo,
subraya el organismo regional.
La condición étnico-racial es otro factor de desigualdad estructural
en América Latina, afirma la CEPAL. En la región viven alrededor de 130
millones de personas afrodescendientes (2015), aproximadamente 21% del total de
la población. Aunque Brasil y Cuba concentran el 91% del total regional, la
población afrodescendiente está presente en todos los países de América Latina.
En 14 de ellos se han creado instituciones y mecanismos gubernamentales de
combate al racismo y promoción de la igualdad racial, y se ha fortalecido la
legislación de protección de sus derechos.
Este grupo de la población también está sobrerrepresentado en el
estrato socioeconómico de menores ingresos y sufre desigualdades profundas en
todas las áreas del desarrollo social, que se expresan, por ejemplo, en mayores
tasas de mortalidad infantil y materna, de embarazo adolescente y de desempleo,
y en menores ingresos laborales (en comparación con los no afrodescendientes),
revela el estudio.
En el capítulo dedicado al gasto social se señala que este alcanzó en
2015 su máximo histórico: 10,5% del PIB para el gobierno central y 14,5% del
PIB para el sector público (como promedio simple regional). La protección
social (5%), la educación (4,6%) y la salud (3,4%) siguen siendo las funciones
de mayor importancia en relación con el PIB.
Pese a lo anterior, los presupuestos de gasto social 2016-2017
registran contracciones en la mayoría de los países, mientras las estimaciones
del PIB son en general de crecimiento moderado, por lo que la CEPAL llama a
resguardar y cautelar el financiamiento de las políticas sociales para dar
sostenibilidad a los avances alcanzados y hacer frente a los desafíos vigentes.
Para desactivar los circuitos viciosos de la desigualdad es necesario
utilizar un enfoque sistémico, recalca la Comisión. Las políticas públicas
deben garantizar la titularidad de derechos, se debe reconocer y potenciar el
trabajo productivo y de calidad como la llave de la igualdad y como instrumento
por excelencia en la construcción del bienestar, y se debe universalizar la
protección social a lo largo del ciclo de la vida (la infancia y adolescencia,
la juventud, la edad adulta y la vejez), con una mirada sensible a las
diferencias, recomienda la CEPAL.
ACTIVIDAD:
ACTIVIDAD:
·
Escribe
las palabras desconocidas y busca su significado en el diccionario.
·
¿En
que consiste la distribución y desigualdad de la riqueza?.
·
¿Por
qué Venezuela y EEUU no figuran como países desiguales?
· Observa
la información consignada en el siguiente link https://www.youtube.com/watch?v=c6hWnsuvXag luego expresa tu punto de vista sobre lo
registrado en el enlace.
·
Que
alternativas se consideran para dar por terminada la desigualdad de la riqueza
en los países de América latina.
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