lunes, 12 de agosto de 2019

CLASE DE ETICA 10. Terapias psicosociales frente a la no violencia.

Atención Psicosocial a Victimas 

Procesos articulados de servicios que buscan mitigar, superar y prevenir los daños e impactos a la integridad psicológica y moral, al proyecto de vida y la vida en relación, generados a las víctimas, sus familias y comunidades por las graves violaciones de Derechos Humanos e infracciones al Derecho Internacional Humanitario.
La atención psicosocial de las víctimas en el marco de la reparación tiene tres modalidades: Individual, familiar y comunitaria; y se desarrollará en cuatro fases: focalización y contacto, caracterización, atención y cierre.
Fases
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Focalización y contacto
Se establece el primer contacto con la víctima a traves de visita domiciliaria o entrevista de acogida en caso de remisión. Se acoge y da información sobre el PAPSIVI, se realizan primeros auxilios emocionales según el caso, se evalúan necesidades de atención en salud física o mental y remite a equipo psicosocial.
Caracterización
La caracterización se construirá con la participación de las víctimas y su propósito es identificar los daños e impactos psicosociales sufridos a nivel individual, familiar y comunitario desde el significado que éstos han tenido en las víctimas del conflicto armado, como también identificar los recursos o capacidades propias que puedan fortalecerse para mitigar el daño en el plan de atención. 
Atención
La atención se desarrollará de acuerdo a la caracterización psicosocial y plan de atención elaborado y será realizada por equipos interdisciplinarios de profesionales con entrenamiento y experiencia en atención psicosocial y comunitaria con víctimas o población vulnerable.
Cierre
Evaluación del proceso de atención psicosocial individual, familiar o comunitaria, con participación de las víctimas, su familia, sus organizaciones y la comunidad en general.
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Algunos lineamientos generales para orientar los planes de atención son:


1. Garantizar la dignificación y reconocimiento de las víctimas y de sus necesidades psicosociales, de tal forma que el efecto de todas las acciones que se desarrollen con ellas contribuyan a su reparación. Por lo tanto garantizar que no sean re-victimizadas.
2. Aplicación del enfoque diferencial
3. Establecer, con la participación de las víctimas, la caracterización psicosocial de las comunidades, sus familias e individuos.
4. Construir participativamente el plan de atención, de acuerdo a las necesidades detectadas en la caracterización.
5. Garantizar la implementación oportuna del plan de atención construido.
6. Garantizar el seguimiento, monitoreo y evaluación de las acciones contempladas en los planes de atención.
7. Garantizar el cumplimiento de los correctivos, si los hubiere, a las inconsistencias o falencias encontradas en el proceso de seguimiento y monitoreo.

CLASE 10- CIENCIAS POLITICAS

EL DINERO. LA INFLACIÓN Y  LA DEFLACIÓN.


CLASE PARA 10: VALOR DEL USO, VALOR DE LA MERCANCIA. EL TRABAJO CONCRETO Y EL TRABAJO ABSTRACTO.


VALOR DE USO: utilidad de una cosa, capacidad que posee de satisfacer una necesidad cualquiera que sea, del hombre, de la sociedad. El valor de uso está condicionado por las propiedades físicas, químicas y otras propiedades naturales de la cosa, y también por las que ésta haya adquirido a consecuencia de la actividad humana dirigida a un fin. El valor de uso lo crea el trabajo concreto (ver). Son valores de uso tanto los productos del trabajo como muchas otras cosas dadas por la naturaleza (aire, agua, frutos silvestres, etc.). A medida que la ciencia y la técnica progresan, el hombre descubre en el mundo que le rodea nuevas propiedades de las cosas y las pone a su servicio, con lo que aumenta la diversidad de los valores de uso. Algunas cosas satisfacen, directamente las necesidades personales del hombre, sirven de objetos de consumo personal (alimentos, vestido, etc.); otras sirven como medios para producir bienes materiales, es decir, son medios de producción (máquinas, materias primas, combustibles, etc. El valor de uso es una propiedad inherente a toda cosa útil, independientemente de la forma social de producción. Toda la multiplicidad de flores de uso constituyen "el contenido material de la riqueza, cualquiera sea su forma social" (C. Marx). Ahora bien, el papel del valor de uso cambia cuando cambia el modo de producción. Así, en las condiciones de la producción mercantil, el valor de uso constituye uno de los dos motores de la mercancía y actúa como portador del valor de cambio, tras el cual se oculta el valor (ver). El estudio del valor de uso como tal, es decir, de las propiedades naturales de las cosas, corresponde al peritaje mercantil y otras ciencias aplicadas, mientras que la economía política estudia el valor de uso como portador del valor. La particularidad del valor de uso de una mercancía estriba en que tal valor ha de poseer la propiedad de satisfacer necesidades del que compra la mercancía dada es decir, ha de actuar como valor social de uso. En el régimen de producción capitalista, el valor de uso interesa al capitalista únicamente en cuanto portador del valor y de la plusvalía, pues el fin inmediato de dicho tipo de producción no consiste en satisfacer las necesidades de la sociedad y del hombre, sino en extraer ganancias. Bajo el régimen socialista, la creación del valor de uso de uso de la mercancía en determinada cantidad, surtido y calidad, tiene como objetivo directo el de satisfacer en grado creciente las necesidades de los miembros de la sociedad.
EL VALOR DE LAS MERCANCÍAS
Marx parte de la base de que el valor de una mercancía está determinado por la cantidad de trabajo socialmente necesario para producirla. Este trabajo socialmente necesario se refiere al trabajo humano abstracto, es decir: gasto de esfuerzo físico y mental humanos, independientemente de las características concretas del trabajo (alfarería, herrería, etc.). La cantidad de trabajo se mide en tiempo, habitualmente en horas.
Sin embargo, no todas las personas trabajan igual, sino que su trabajo depende de su edad, de su experiencia, su habilidad, su destreza, su forma de organizarse, etc. Si el valor de una mercancía dependiese únicamente del tiempo individual que ha costado producirla, se llegaría a una situación absurda, que cuanto más lento se trabajase, tanto más aumentaría el valor de la mercancía resultante de ese trabajo. De esta manera se premiaría el despilfarro de trabajo y a los trabajadores perezosos o poco hábiles. La economía sería mucho menos productiva: se perdería el tiempo del productor para fabricar la mercancía, el tiempo del comprador, que necesita trabajar más horas para adquirirla, en definitiva, tiempo de trabajo social.
Así pues, el valor de cambio de una mercancía no es igual al trabajo individual, sino al trabajo socialmente necesario para producirla, siendo esto la cantidad de trabajo necesario en condiciones medias de productividad en una determinada sociedad y en una determinada época.
Una segunda precisión se refiere al concepto de cantidad de trabajo. Como ya se ha explicado, la cantidad de trabajo se mide en horas, pero tampoco se puede establecer un criterio completamente unificador entre todos los trabajos, pues no todos los trabajos son iguales. Cabe establecer la diferencia entre el distinto grado de cualificación que requieren distintos trabajos. Así, no son equiparables los trabajos de albañil y arquitecto, pues no necesitan la misma cualificación. Si ambos trabajos se remunerasen de la misma manera, esto implicaría que la cualificación no produce un valor añadido al trabajo y sería inútil, por lo que nadie desearía adquirir una cualificación profesional. Por ello es que Marx concibe las categorías de trabajo medio simple (el que no requiere una capacitación extra respecto al nivel de educación medio) y el trabajo complejo, que puede tomarse en cuenta como trabajo simple multiplicado.
TRABAJO CONCRETO: trabajo que se invierte en una forma determinada con un fin preciso y que crea el valor de uso de la mercancía. Todo trabajo útil de un determinado tipo (el trabajo del sastre, del zapatero, del carpintero, etc.), y que crea el valor de uso de una mercancía es un trabajo concreto. "Como creador de valores de uso es decir, como trabajo útil, el trabajo es, por tanto, condición de la vida del hombre y condición independiente de todas las formas de sociedad, una necesidad perenne y natural sin la que no se concebiría el intercambio orgánico entre el hombre y la naturaleza ni, por consiguiente, la vida humana" (C. Marx). Los tipos de trabajo concreto son tan variados como los valores de uso que producen, lo cual crea condiciones económicas para un amplio intercambio - en el mercado-- entre los productores de mercancías. En una economía mercantil que se desarrolla espontáneamente y que se basa en la propiedad privada de los medios de producción, el trabajo concreto se opone al trabajo abstracto (ver) como el trabajo privado se opone al trabajo social. En dicha economía, el trabajo concreto aparece en la producción como trabajo privado de productores de mercancías aislados que laboran por su cuenta y riesgo y desconocen las necesidades reales del mercado. Su carácter social se revela únicamente en el proceso del cambio de las mercancías, cuando los distintos tipos de trabajo concreto se reducen a trabajo abstracto cualitativamente homogéneo que forma el valor de la mercancía. En la contradicción entre el trabajo concreto y el abstracto, entre el valor de uso de la mercancía y su valor, se manifiesta la contradicción fundamental de la producción mercantil basada en la propiedad privada: la contradicción antagónica entre el trabajo privado y el social. El grado de eficiencia del trabajo concreto, fuente real de la riqueza de la sociedad, se mide por su fuerza productiva. Cuanto mas elevada es la productividad del trabajo tanto más valores de uso se crean en un tiempo determinado. En la producción mercantil bajo el socialismo, el trabajo concreto no es trabajo social encubierto, como ocurre bajo el capitalismo, sino directamente social. La sociedad socialista regula de manera planificada el proceso de producción y la distribución del trabajo entre las diversas ramas de la economía nacional. Ello hace que en la economía socialista no se dé la contradicción antagónica entre el trabajo concreto y el trabajo abstracto, uno y otro aparecen como formas del trabajo directamente social. En la sociedad socialista, las contradicciones entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto se resuelven por medio de la planificación.
TRABAJO ABSTRACTO: trabajo del productor de mercancías, gasto de fuerza de trabajo humano en general, independientemente de su forma concreta; es el trabajo que crea el valor de la mercancía. Cualesquiera que sean las condiciones sociales, el trabajo constituye un desgaste de fuerza de trabajo (del cerebro, de los músculos, de los nervios, etc.). Mas sólo cuando se producen mercancías, aparece en forma específicamente social, se convierte en trabajo abstracto, que expresa la dependencia recíproca entre todos los productores de mercancías. El trabajo privado de cada productor es una partícula del conjunto del trabajo social necesario para que la comunidad subsista y se desarrolle, y dicho carácter social del trabajo sólo puede revelarse en el proceso del cambio. Al equiparar una mercancía a otra, las diversas especies de trabajo concreto (ver) se reducen a trabajo abstracto cualitativamente igual. La contradicción entre el trabajo abstracto y el trabajo concreto en el marco de la producción mercantil, fundada en la propiedad privada sobre los medios de producción constituye la forma específica en que se manifiesta la contradicción antagónica entre el trabajo privado y el trabajo social. El trabajo abstracto se da también en la economía socialista, puesto que en ella existe la producción mercantil. Ahora bien, bajo el socialismo, el trabajo abstracto es un trabajo directamente social. A través del plan de la economía nacional, las inversiones de trabajo obtienen un reconocimiento social en el proceso de producción y distribución. A ello se debe que, en la economía socialista, no se dé la contradicción antagónica entre el trabajo concreto y el trabajo abstracto, característica de la economía mercantil simple y de la capitalista. No obstante, también bajo el socialismo se da una contradicción entre las dos clases citadas de trabajo, subsiste la heterogeneidad económico-social del mismo: las diferencias esenciales entre el trabajo intelectual y el físico, entre el calificado y el que no lo es, entre el industrial y el agrícola; tampoco se ha socializado por igual el trabajo en los distintos sectores de la economía nacional, y en la economía auxiliar de los koljosianos el trabajo no es directamente social, sino individual. De ahí que para medir el valor de las distintas mercancías, resulte objetivamente necesario expresar y medir indirectamente las diversas especies de trabajo concreto invertido en la producción de mercancías, reduciéndolas a trabajo abstracto. Cuando, bajo el comunismo en su plenitud se liquiden las relaciones monetario-mercantiles, desaparecerá asimismo el trabajo abstracto como forma específica en que se expresa el trabajo social, que crea el valor de la mercancía.

CLASE PARA 11: EL NUEVO ORDEN ECONÓMICO MUNDIAL


EL NUEVO ORDEN ECONÓMICO MUNDIAL
El fin de la segunda guerra mundial, trajo consigo la gestación de un Nuevo Orden Económico Mundial. Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética se alzaron como las naciones triunfantes de la guerra; generándose una lucha ideológica por tratar de imponer y expandir las bondades de sus respectivos sistemas económico-políticos (capitalismo vs comunismo) y la llamada "Guerra Fría" la cual se prolongó hasta la desintegración de la Unión Soviética en 1991. Los acuerdos de Bretton Woods dieron lugar a la Conferencia Monetaria y Financiera en 1944, que marcó la pauta de lo que en ese momento se denominó el Nuevo Orden Económico Internacional. De esta conferencia surgieron las primeras instituciones económicas mundiales: el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional que tenían como objetivo la regulación del comercio internacional, organizaciones que marcaron la hegemonía económica de los Estados Unidos de Norteamérica, quien fue quien determinó las primeras reglas del comercio mundial de acuerdo a sus intereses, como por ejemplo la determinación de un tipo de cambio fijo fundado sobre el patrón oro y como moneda intercambio única el dólar; los demás países deberían de fijar el precio de sus monedas con relación a aquella. Para 1948, con la idea de sustituir la falta de una organización internacional de comercio fue creado el Acuerdo General de Aranceles y de Comercio (GATT).
La década de los setentas trajo el fin de los del sistema de cambio fijo contra dólar a partir de la devaluación del dólar por el presidente Nixon y la renuncia a la conversión del dólar a oro. A partir de los ochenta se presentó un nuevo modelo económico llamado Neoliberalismo que bajo el auspicio ideológico de Hayek y Friedman y político de Tatcher y Reagan, se introdujo en occidente como respuesta a las crisis económicas generadas en los estados nacionales originadas por el exceso de intervencionismo. De ahí la necesidad de iniciar un proceso de disminución casi total de la participación directa del estado en la economía, de desregulación e integración de las economías domésticas a fin de fomentar la integración comercial y financiera internacional llamado Mundialización o Globalización Económica. Para consolidar dicho proceso fue creada en 1995 La Organización Mundial de Comercio (OMC), estableciéndose un sistema multilateral de comercio. Sin embargo, a partir del 2003, varios acontecimientos empezaron a cuestionar la hegemonía de los Estados Unidos de Norteamérica. A partir de entonces, Estados Unidos ha pensado en la necesidad de crear nuevos acuerdos como: "la Triada o las tres T", el Acuerdo TTP (Tratado Asociación Transpacífico), el TTIP (Asociación Trasatlántica para el Comercio y la Inversión) y el TAS (Acuerdo Internacional sobre Comercio de Servicios), con los que, en opinión de algunos expertos, EU trata de replantear su hegemonía económica mundial y frenar a China en su aspiración de convertirse en la nueva hegemonía mundial.
LA DEUDA EXTERNA
Es el conjunto de obligaciones que tiene un país con acreedores que residen en el extranjero.
La deuda externa se compone de deuda pública y deuda privada. La primera se refiere a las deudas contraídas por el Estado y sus instituciones mientras que la segunda se refiere a la deuda contraída por empresas y familias.
Los acreedores en el extranjero en tanto, pueden ser bancos extranjeros, gobiernos de otros países u organismos internacionales que entregan financiamiento como el Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Interamericano del Desarrollo (BID).
Origen y efectos de la Deuda externa
Existen varias razones que pueden explicar el endeudamiento externo de un país. Entre estas razones encontramos:
  1. Inversiones en infraestructura o maquinaria: La necesidad de contar con fondos para hacer inversiones en infraestructura o maquinaria para el desarrollo productivo. Por ejemplo, los países se pueden endeudar para construir carreteras, puentes y túneles de modo de reducir los costos de transporte de las empresas y así fomentar el crecimiento.
  2. Catástrofes naturales: Por ejemplo, huracanes, terremotos o incendios forestales que obligan al país a reconstruir una parte importante de su territorio.
  3. Mala administración: Puede darse una mala gestión de entidades públicas y privadas que han despilfarrado recursos en actividades no rentables.
Los efectos de la deuda externa dependen de las razones que la justifican. De esta forma, si el endeudamiento fue utilizado para inversión, el endeudamiento tendrá un efecto positivo ya que permitirá alcanzar un mayor desarrollo futuro, el que habría sido imposible sin poder contar con los recursos rápidamente.
Por el contrario, cuando el endeudamiento se explica por una mala administración los efectos pueden ser desastrosos ya que se tendrá que pagar la deuda contraída (más intereses) mientras que no se han generado nuevas fuentes de ingreso.
Clasificación de la deuda externa
La deuda externa puede clasificarse de acuerdo a diversos criterios. A continuación vemos algunos de ellos:
  1. Según instrumento de deuda: la deuda puede clasificarse de acuerdo al tipo de instrumento utilizado (bonos, préstamos, crédito comercial, etc.).
  2. De acuerdo al plazo: corto o largo plazo.
  3. Por tipo de moneda: nacional, extranjera (generalmente en dólares)
  4. Por tipo de interés: fijo o variable.
Ejemplo: crisis de deuda externa de los años 80
Un ejemplo de un endeudamiento externo con graves consecuencias para los ciudadanos fue el endeudamiento de los países latinoamericanos durante los años 70-80’s. La historia comienza cerca del año 1973, en donde el precio del petróleo casi se cuadriplicó por lo que los países exportadores de este producto comenzaron a tener enormes ganancias.
Los países en desarrollo, especialmente los de América Latina, vieron en esta abundancia de recursos externos la posibilidad de adquirir préstamos a una tasa de interés muy baja y se endeudaron con grandes sumas de dinero. No obstante, este dinero no fue utilizado para inversión sino que aplicar políticas expansivas sin un retorno justificado.
La crisis se desató a partir del año 1979 cuando la Reserva Federal de Estados Unidos decide aumentar las tasas de interés para evitar la escalada de la inflación. Las mayores tasas de interés y la apreciación del dólar llevaron a un aumento significativo del valor de la deuda de los países en desarrollo, muchos de ellos no contaban con los recursos para poder pagar su deuda y en algunos casos todos sus recursos se destinaban a pagar intereses.